LA ESPERANZA

 

 “En tiempos de incertidumbre y desesperanza, es imprescindible gestar proyectos colectivos desde donde planificar la esperanza junto a otros”

Enrique Pichon-Rivière

 

Estamos ante hechos que nos muestran conflictos emergentes de situaciones económicas, políticas y sociales, al mismo tiempo nos llevan a modificar vínculos, a resignificar estructuras, haciendo y deshaciendo escenarios de nuestra vida cotidiana, en la relación  sujeto - mundo

Dice Ana Quiroga “Ante el padecimiento actual, es necesario batallar por la esperanza”

Qué entendemos por esperanza?

Según Aristóteles: “La esperanza es el sueño de los despiertos”

Desde la Psicología Social, pienso en la esperanza como una adaptación activa a la realidad. Adhiriendo al concepto de Aristóteles

Al pensar en la esperanza como adaptación activa, voy a tomar como contradicción al miedo.

Esperanza es trascender, es ponerse en tarea en algo que todavía no llega, es trabajar para un devenir, la esperanza es portadora de un futuro, trabajar en algo que tiene sentido; es la que moviliza y da fuerzas para vivir

La esperanza nos une a otros, nos acerca a la comunidad, es la que acudimos cuando perdemos, cuando estamos perdidos, nos moviliza para planificar lo nuevo.

Por otro lado esta el miedo, el miedo no moviliza, nos aísla, no tiene un nosotros y se presenta en un ambiente depresivo, es una adaptación pasiva, es supervivencia, es vivir en la ilusión de una resolución con los ojos cerrados a la realidad. El miedo nos aleja del otro, no nos permite compartir lo que pensamos y tiene impacto en nuestra subjetividad, en nuestra identidad, no se llega a resolver la contradicción entre lo que nos piden ser y lo que somos.




Trascender las contradicciones, es experimentar, es integrar y en ese movimiento continuo, simultáneo, nos expresamos con un nuevo conocimiento, lo que permite colocarnos en otro escalón, este proceso de aprendizaje es el que nos acerca a la salud mental.

Planificar la esperanza es leer la realidad en forma crítica, objetiva, es asumir responsabilidades, es idear un proyecto, reflexionando  junto a otros; es reconocer las verdaderas necesidades; es avanzar; es soltar, evolucionar; transformar, es observar el pasado, nuestra historia, para trabajar en el devenir. No asegura el éxito, pero si es trabajar en algo que tiene sentido, no solo a nivel individual, sino también social, formando parte partícipe de una nueva constelación social.






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