NUESTRO COMPROMISO CON LOS ADOLESCENTES
Hemos observado que se presenta en aumento el suicidio en adolescentes. Según UNICEF en Argentina:
En la Argentina, los suicidios constituyen la segunda causa de muerte en la franja de 10 a 19 años (MSAL, 2016). En el grupo de 15 a 19 años, la mortalidad es más elevada, alcanzando una tasa de 12,7 suicidios cada 100.000 habitantes, siendo la tasa en los varones 18,2 y en las mujeres 5,9 (MSAL, 2016). Desde principios de la década de 1990 hasta la actualidad la mortalidad por suicidio en adolescentes se triplicó considerando el conjunto del país (MSAL, 2016).
Desde la Psicología Social entendemos al Sujeto, como hombre concreto, históricamente determinado, lo estudiamos en sus relaciones concretas, en su vida cotidiana, que abarca distintas áreas interrelacionadas como la familia, el trabajo y el tiempo libre, inserto en los distintos ámbitos donde se desarrolla su vida: país, provincia, comunidad, instituciones, etc
Al preguntarnos que factores impactan en la subjetividad de los adolescentes para tomar la decisión del suicidio... entendemos que hay múltiple factores, tienen que ver con distintas variables como: lo económico, políticas sociales, apoyo y sostén familiar, rigidez en normativas de control, entre otras.
Según Claudia Messing, Existe tanto para jóvenes como para adultos la amenaza de exclusión, en una realidad que es compleja y difícil de transitarla en forma aislada, en soledad.
En este proceso aparece la inseguridad, inestabilidad, incertidumbre, provocando fragilización del yo, el esquema referencial, que involucra al pensar, sentir y hacer , cambia su sistema de referencia y de valores, acentuando la debilidad.
Las instituciones, la escuela, la familia también se encuentran debilitadas, no pueden adaptarse a lo vertiginoso de los cambios, no ofrecen el apoyo necesario, teniendo en cuenta, que aún estamos saliendo de una pandemia a nivel mundial y no logramos encontrar la estabilidad necesaria en lo nuevo que estamos viviendo
Acompañando esta situación, el consumo crece, la inmediatez, la imperante necesidad de éxito, meritocracia, individualismo, el hedonismo, todo atraviesa, impregna profundamente a los adolescentes
Claudia Messing dice:
Los hijos se identifican con los padres, no existe la discriminación entre el yo y no yo
Entonces propone:
Se plantea como cambio en la subjetividad reconocer la asimetría, (entre padres e hijos) como posibilidad de entenderse mejor, de comprender el sufrimiento, las peleas y la falta de entendimiento
Por otro lado agrega:
La posición de simetría crea un mal entendido básico en la comunicación entre padres e hijos y entre padres y educadores
En esta multiplicidad de factores, (sumado al recién mencionado) la crisis económica, donde los padres deben trabajar más horas por menos salarios, o tener más de un trabajo para cubrir necesidades básicas, el desempleo o subempleo, llevan a nuevas situaciones conflictivas a nivel familiar, existe confusión en la asunción y distribución de roles (asimetria/simetria)
De otra manera también se puede observar en clases sociales más altas, algunas similitudes
Los padres de éstas clases destinan mucho tiempo a sus empresas, al control de sus empleados, a negociados financieros, al consumo material, que los hace perteneciente a la elite deseada, así sus hijos pueden estar sobrepasados de cosas materiales, pero con muy escaso o nada de tiempo para compartir con sus padres, ya sea a nivel de diálogos, afectos, salidas. En el adolescente esto también contribuye a la fragilización del yo, despertando síntomas de adicción, desordenes en la alimentación, etc.
Queda en evidencia la necesidad de aproximarse a conocer la problemática por la que hoy pasan los adolescentes, los adultos, las familias, para llevar a cabo políticas de transformación
Esta es una tarea que involucra primordialmente al Estado, mediante políticas sociales, para implementarlas en organizaciones, instituciones, comunidades, uniones vecinales, etc.
Desde la Psicología Social entendemos la importancia del trabajo en grupo operativo, a través de una tarea, porque partimos de que el sujeto es producido, pero también productor; en ese interjuego constante de la vida, que lo impulsa para satisfacer sus necesidades.
La tarea es con otros, para si y para otros
Es necesario para fortalecer el yo, los vínculos, el aprendizaje, apropiarse de una lectura crítica de la realidad, asumir el protagonismo y vivenciar la libertad de resolver con otros!
Claudia Messing: Directora de la escuela de Post-Grado en Orientación Vocacional-Vincular Familiar, es miembro de la Sociedad Argentina de Terapia Familiar , es co-directora de la Organización Vincular


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