NUESTRO COMPROMISO CON LOS ADOLESCENTES - PARTE ll
Continuando con la nota anterior, en referencia a nuestro compromiso con los adolescentes.
Me pregunto si no somos los adultos los que debemos trabajar más en el aprendizaje. Digo esto, porque los adultos ya pasamos por la adolescencia, solo que algunas veces pareciera que no lo recordamos. Los adolescentes estan aprendiendo, en su proceso de desarrollo, a ser adultos, no lo vivieron antes, nosotros si.
Los padres son figura de referencia para sus hijos/as, en la adolescencia los hijos/as pasan por grandes cambios físicos, descargas hormonales, dicen especialistas en el tema que el nivel más grande de estrés en todas las etapas del desarrollo humano, se produce durante la adolescencia, también coinciden en que la adolescencia dura aproximadamente entre 4 y 5 años en cuanto a cambios intensos
El biólogo David Bueno, dice que el 49% tiene implicancias genéticas y el resto corresponde a experiencias y aprendizajes adquiridos a través del contexto, familia, cultura, los cuales condicionan pero no determinan.
Entre los cambios intensos, David Bueno, menciona los cambios en el cerebro del adolescente:
AMIGDALA
CORTEZA PRE-FRONTAL
Es la parte del cerebro que planifica, reflexiona, decide y gestiona emociones
ESTRIADO
En esta parte del cerebro, encontramos lo que tiene que ver con la recompensa, el placer, etc
Como no han sido adultos, no saben como gestionar los cambios de estas partes cerebrales, sienten muchas ganas de experimentar, mucha actividad emocional pero aún no adquieren la capacidad de gestionar todo en conjunto; el proceso es de prueba y error.
David Bueno menciona:
"Quiéreme cuando menos me lo merezco"
Al no saber como gestionar sus emociones atacan, generalmente al que más quieren
Ante estos cambios tan grandes, nuestro compromiso con ellos quizás sea estar muy presentes, como se menciona en la nota anterior debe sentirse la asimetría de padres a hijos, de educadores a alumnos, pues ellos necesitan del afecto del adulto, de la firmeza del adulto, del respeto por ellos, tener respeto por ellos, es ser adultos coherentes, entre lo que se les dice y lo que se hace, estas conductas son las que ganan confianza.
El compromiso como padres es acompañar el proceso, prepararlos para el futuro, cómo seres independientes, enseñarles que es mejor pedir ayuda, que las cosas no siempre salen como se piensan, pero que junto a otros se pueden encontrar opciones o estrategias de resolución.
Los padres deben estar dispuestos a escucharlos cuando ellos quieren hablar y generalmente es el momento menos apropiado para los padres, dicen profesionales en el tema que es necesario no exagerar las preguntas o respuestas
Por ejemplo, esto no sería lo que ayuda:
-Me estas diciendo que en la fiesta se tomaron todo??? no podés seguir viendo a estos chicos!!
La respuesta de los padres debe ser con palabras breves, escucha activa, sin juicios de valor, sin interrogatorios acusadores...
Realmente es para "pensar juntos" cuanto deben sostener los adultos, que no solo se cumple el rol de padres o educadores, o tutores; sino que tienen que enfrentar todos los roles que la vida cotidiana exige. Ese parece ser el aprendizaje de adultos, que no es fácil y cuesta encontrar el equilibrio entre la sobreprotección y el acompañamiento, pero también no es imposible trabajar en ello.
¿Qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de paciencia y asco?
¿Sólo grafitti? ¿rock? ¿escepticismo?
También les queda no decir amén,
no dejar que les maten el amor,
recuperar el habla y la utopía,
ser jóvenes sin prisa y con memoria,
situarse en una historia que es la suya,
no convertirse en viejos prematuros.
¿Qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de rutina y ruina?
¿Cocaína? ¿cerveza? ¿barras bravas?
Les queda respirar, abrir los ojos,
descubrir las raíces del horror,
inventar paz, así sea a ponchazos,
entenderse con la naturaleza
y con la lluvia y los relámpagos,
y con el sentimiento y con la muerte,
esa loca de atar y desatar.
¿Qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de consumo y humo?
¿Vértigo? ¿asaltos? ¿discotecas?
También les queda discutir con Dios,
tanto si existe como si no existe,
tender manos que ayudan, abrir puertas
entre el corazón propio y el ajeno.
Sobre todo les queda hacer futuro
a pesar de los ruines del pasado
y los sabios granujas del presente.
Mario Benedetti




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